Lo que sí existe es el autoengaño emocional, ese hábito de justificar tus errores y evadir responsabilidades usando como excusa una versión infantil de ti mismo. Eso no se abraza: se reprograma.
¿Qué es realmente el “niño interior”?
Desde una mirada clínica, fue una metáfora terapéutica. Pero hoy se ha convertido en un marketing emocional que evita el cambio. Frases como “abraza a tu yo pequeño” suenan bien, pero impiden asumir responsabilidad.
No es un niño, son tus patrones
No tienes un niño interno. Tienes patrones infantiles no actualizados que controlan tus relaciones, decisiones y emociones.
La clave no está en abrazarlo, sino en quitarle el volante.
Autoengaño: la verdadera trampa
Crees que te estás sanando cuando solo te estás justificando. El lenguaje dulce sirve como camuflaje para no asumir cambios.
Reprogramación: del abrazo a la acción
- Identifica el patrón dominante: dependencia, perfeccionismo, miedo al abandono.
- Distingue creencias heredadas que ya no te sirven.
- Actúa desde tu adulto, no desde la versión herida.
- Cambia ternura por estructura: eso sí es amor real.
No es odio al pasado, es amor al presente
Sobreviviste. Creciste. Ahora es tu turno. Deja de romantizar tu historia y empieza a transformarla.
Si no puedes solo, pide ayuda. No necesitas abrazar a un niño imaginario, sino construir una estrategia adulta.