Por Cordu | Doctor en Desarrollo Humano y Maestro en Psicología Clínica y de la Salud
En un mundo saturado de consejos para ligar, tutoriales en YouTube y frases virales en redes sociales, muchas personas terminan desconectándose de sí mismas en el intento de conectar con otros. Pero, ¿qué pasaría si el problema no está en lo que dices, sino en desde dónde lo dices? Desde la psicología clínica, el Dr. Cordu nos propone una alternativa más auténtica y efectiva: el Método Cordu. Este enfoque no busca enseñarte a actuar, sino ayudarte a reconectar con tu esencia para que la conexión sea genuina, emocionalmente sana y coherente.
El problema de ligar con guiones
La industria de la seducción ha popularizado fases, estrategias y frases que supuestamente aseguran el éxito al ligar. Sin embargo, hay una falla fundamental: si necesitas seguir un guion para gustar, no estás conectando realmente. Estás interpretando un personaje, actuando para agradar. Esto tiene un costo emocional importante, tanto para quien se disfraza como para quien es engañado.
Desde una perspectiva clínica, actuar para gustar representa una forma de autoabandono. El sujeto se desconecta de sus valores, personalidad y emociones para proyectar una imagen manufacturada. A largo plazo, esta desconexión se traduce en relaciones inestables y vacías, donde el otro no se enamoró de la persona, sino del personaje.
La clave está en la respuesta, no en la frase
Una de las premisas centrales del Método Cordu es que no importa lo que digas, sino cómo responden a ti. La atracción genuina no depende de fórmulas memorizadas, sino de la autenticidad. El cerebro humano es muy sensible a la coherencia emocional. Cuando actuamos desde lo falso, generamos microexpresiones y posturas incongruentes que la otra persona detecta inconscientemente, produciendo rechazo, incomodidad o desconfianza.
Por el contrario, cuando una persona está conectada consigo misma —es decir, se siente segura, relajada y presente— transmite carisma de forma natural. No necesita decir algo brillante. Basta con un comentario espontáneo, una observación sincera o una pregunta auténtica para generar conexión.
Cómo detectar si hay conexión real
El Método Cordu propone que, más allá de las palabras, debemos observar las respuestas emocionales y corporales de la otra persona. Algunos indicadores de conexión genuina incluyen:
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Te mantiene la mirada.
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Se ríe contigo.
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Te hace preguntas.
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Retoma la conversación si te quedas callado.
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Su postura corporal se relaja.
Si en cambio la persona evita el contacto visual, responde con monosílabos, muestra incomodidad o parece buscar una salida, no hay interés real. Y lo más importante: no se trata de convencer al otro, sino de observar si existe compatibilidad.
No estás ahí para gustar, estás para descubrir compatibilidad
Otra idea poderosa del Método Cordu es cambiar el objetivo. La mayoría se acerca a alguien con la intención de agradar. Esto automáticamente pone al sujeto en una posición de evaluación, que genera ansiedad y lo aleja de su autenticidad. En cambio, si el objetivo es descubrir si hay compatibilidad, se elimina la presión y se abre la posibilidad de ser uno mismo.
Esta perspectiva permite que la interacción sea más natural y respetuosa, tanto para quien se acerca como para quien recibe la atención. No se trata de hacer una venta, sino de explorar una posibilidad.
¿Y si la persona es tímida o está de malas?
Una de las críticas comunes al Método Cordu es: “¿Y qué pasa si la persona no me da señales claras? ¿Y si es tímida o está de mal humor?” La respuesta está en saber diferenciar entre timidez e indiferencia.
Una persona tímida puede evitar hablar, pero aún así mostrar interés a través de su lenguaje corporal: reírse, mantener la mirada, hacer pequeños gestos. También puede esforzarse en responder aunque le cueste iniciar la conversación. Lo que no debe hacerse es usar la timidez del otro como excusa para insistir cuando no hay reciprocidad emocional.
Incluso si alguien está de mal humor, una expresión auténtica y sencilla puede generar apertura. La clave no está en ser perfecto, sino en ser real. Algo tan simple como comentar sobre el clima, el lugar o un libro puede ser el inicio de una conexión sincera si lo que se transmite es genuino.
Autenticidad y autoestima: el núcleo del método
El Método Cordu se basa en una premisa fundamental: conectar requiere conocerte a ti mismo y estar cómodo con quien eres. Si no te sientes suficiente, si tienes miedo al rechazo o buscas validación externa, es probable que intentes fingir, manipular o agradar a toda costa. Y eso no es conexión, es una estrategia de defensa.
Por eso, uno de los pilares del método es el trabajo terapéutico previo. Muchas veces, lo que impide conectar no es la falta de frases ingeniosas, sino heridas emocionales no resueltas, miedo al abandono o carencias afectivas arrastradas desde la infancia. Trabajar la autoestima, sanar el deseo y aprender a estar presente emocionalmente son pasos necesarios antes de salir a “ligar”.
Conectar es dejar de fingir
Ligar no debería ser una actuación, sino un proceso de exploración mutua. El Método Cordu propone una forma de acercarse a los demás desde la autenticidad, la conciencia emocional y el respeto propio y ajeno. Conectar no es gustar a todos, sino descubrir con quién puedes dejar de fingir.
La próxima vez que veas a alguien que te atrae, olvídate del guion. Di algo que realmente pienses, observa cómo responde y decide si vale la pena continuar. Porque lo que enamora no es la frase, sino lo que la frase dice de ti.
¿Te gustaría aprender más sobre cómo crear conexiones reales desde la psicoterapia? Agenda una cita conmigo. Porque en vez de buscar técnicas para gustar, tal vez sea hora de conocerte más profundamente.
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