– Dr. y Mtro en Psicología y Desarrollo Humano, Psicólogo –
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El gran error de ‘no te preocupes’: por qué este consejo no te ayuda y cómo usar la preocupación para crecer

Por Cordu | Doctor en Desarrollo Humano y Maestro en Psicología Clínica y de la Salud

Aunque suene a proverbio milenario, la frase «si las cosas tienen solución, ¿para qué te preocupas? Y si no la tienen, ¿para qué te preocupas?» no solo es superficial: puede convertirse en una especie de anestesia emocional. Este artículo, desde la psicología clínica, desmantela esa idea aparentemente sabia y la reemplaza por un enfoque mucho más útil: transformar la preocupación en herramienta de acción, no en excusa para no actuar.


El mito del “no te preocupes”

La popularidad del consejo cómodo

“Todo pasa por algo”, “Deja que fluya”, “Lo que es para ti llegará”… suenan reconfortantes. Pero su poder reside en silenciar la incomodidad: si no sientes ansiedad, crees que eres sabio. Sin embargo, lo que logras es ignorar señales urgentes y dejar de lado la responsabilidad emocional.

¿Preocupación mala o bien usada?

La psicología clínica reconoce que la preocupación es una señal cognitiva- emocional. Como la alarma de incendio, nos alerta cuando algo va mal. No atenderla equivale a apagar la sirena mientras tu casa se quema por dentro.


Riesgos de la anestesia emocional

Evitar la responsabilidad

Decir “no te preocupes” no elimina el problema; solo detiene la posibilidad de enfrentarlo. Ignorar una dificultad puede no solo perpetuarla, sino empeorarla, especialmente si otras personas dependen de ti.

Perdida de oportunidades de soluciones graduadas

No todo problema es blanco o negro. Muchos tienen múltiples resoluciones: algunas requieren ayuda externa, otras adaptaciones. “No te preocupes” ignora esa complejidad, reduciendo el abanico estratégico a la nada.

Negar la resiliencia en desarrollo

En psicología, el desapego maduro no es renunciar, sino comprometerse con dignidad. La resiliencia no surge al ignorar un problema, sino al tolerar la incomodidad, aprender y crecer a partir de él.


Preocupación guiada: brújula, no carga

Distinción clínica: ansiedad parálisis vs. ansiedad motivante

La preocupación patológica paraliza; la preocupación adaptativa guía. En terapia, se enseña a reconocer señales internas, a buscar significados y decidir acciones concretas.

Preguntas clave para activar la acción

  • ¿Por qué me preocupa esto?

  • ¿Qué puedo cambiar o mejorar?

  • ¿Qué necesito aprender o asumir?
    Convertir preocupaciones en decisiones conscientes es el paso hacia el crecimiento emocional.

Herramientas terapéuticas asociadas

  • Registro de preocupaciones → identifica patrones.

  • Distinción entre lo controlable y lo incontrolable.

  • Acción enfocada: plantear soluciones prácticas, por pequeñas que sean.

  • Evaluación de consecuencias para uno mismo y otros.


Responsabilidad vs. evasión

El mal uso moral del consejo

La idea de “no te preocupes” encubre mensajes como “no pienses”, “eres débil” o “debes resignarte”, disfrazando pasividad de virtud.

Impacto en contextos sociales y relacionales

Si un asunto tiene impacto en terceros (familia, equipo, comunidad), no quedarse paralizado también es un deber moral. La no acción puede tener consecuencias reales, no solo internas.


Estrategias para cultivar preocupación saludable

  1. Evalúa la alarma emocional. ¿Es un síntoma real o un miedo infundado?

  2. Visibiliza opciones. No tomar una decisión sigue siendo una decisión con consecuencias.

  3. Define pasos concretos. Aunque sean pequeños, son vías de salida.

  4. Decide conscientemente. Asume tu responsabilidad, sin resignación ni culpa.

  5. Evalúa y ajusta. Aprende del proceso y adapta tu estrategia en función de resultados.


Tres fases de transformación emocional

  • Alarma: aparece preocupación, inquietud.

  • Intención: comprendí lo que me pasa, busco opciones, reconozco mi responsabilidad.

  • Acción: decido, actúo, reviso, aprendo.

Esta secuencia fomenta resiliencia: saber que la preocupación guía, no bloquea.


  • “No te preocupes” no es consejo saludable: silencia la señal de alarma y frena la acción.

  • La preocupación bien administrada: es brújula, no carga.

  • La madurez emocional no consiste en ignorar lo que duele, sino en comprender para decidir.

  • La clave real es: transformar la emoción en acción, responsabilidad y crecimiento.

📽️ ¿Te gustó el tema? Mira el video completo aquí: https://youtu.be/8ld89WUkm08