– Dr. y Mtro en Psicología y Desarrollo Humano, Psicólogo –
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¿Cómo dejar ir a alguien que te hace daño? Una guía clínica para salir del secuestro emocional

Por Cordu | Doctor en Desarrollo Humano y Maestro en Psicología Clínica y de la Salud
En consulta es muy común que escuchemos frases como: “Sé que me hace daño, pero no puedo dejarlo”. Lo que a simple vista parece una contradicción, en realidad tiene un profundo sustento neuroemocional. Muchas personas no logran alejarse de relaciones destructivas no porque no quieran, sino porque están atrapadas. No por amor, sino por un secuestro emocional.

¿Qué significa estar emocionalmente secuestrado?

Nuestro cerebro está diseñado para buscar recompensas. Cuando estamos en una relación, especialmente en sus primeras etapas, se activan químicos como la dopamina, la serotonina y la oxitocina. Esto produce placer, cercanía y una sensación de “enganche”.

Sin embargo, cuando la relación se vuelve dañina y aún así permanecemos en ella, lo que ocurre no es amor: es dependencia emocional. Esto se conoce como obnubilación emocional, un estado en el que el juicio se distorsiona, idealizamos a la persona y dejamos de ver sus defectos.

¿A quién extrañamos realmente?

No extrañamos a la persona real. Extrañamos la ilusión, el momento de conexión, la dopamina que el vínculo nos daba. Extrañamos la validación externa, aunque esa validación venga acompañada de abuso, manipulación o indiferencia.

El falso amor: cuando amar duele más de lo que construye

Una relación sana debería ser un espacio de crecimiento, no de sacrificio. Cuando en lugar de sentir paz y acompañamiento, sentimos ansiedad, desgaste y destrucción personal, estamos frente a una dependencia disfrazada de amor. Amar no debería doler.

¿Cómo se corta este vínculo?

El primer paso es hacer un corte radical. No espiar redes, no justificar su conducta, no mantener esperanzas ilusorias. Recomiendo escribir todos los defectos que ignorábamos, recordar lo que sacrificamos y comenzar a reconstruirnos.

Volver al ejercicio, estudiar algo que habíamos postergado, retomar un sueño… Son pequeñas acciones que nos devuelven poder.

¿Por qué cuesta tanto irse?

Porque la dificultad no es dejar a la persona: es enfrentar el vacío que llenábamos con ella. Muchas personas tienen heridas de abandono, inseguridades no resueltas, miedo a la soledad. Ahí es donde la terapia resulta fundamental.

Amar no siempre es quedarse

Tomar la decisión de irse nace del respeto a uno mismo. No es egoísmo, es supervivencia emocional. Amar también puede significar soltar. Porque el amor propio se construye con decisiones valientes, no con resignaciones disfrazadas de fidelidad.

Dejar ir a alguien que te hace daño no es señal de debilidad, sino de fortaleza. Comienza por preguntarte:

¿Qué es lo que más te cuesta soltar: los recuerdos reales o las fantasías que creaste?

📽️ ¿Te gustó el tema? Mira el video completo aquí: https://youtu.be/ZCaNQzpUk24